Impresionante aritmética
Al hablar de la construcción del Palacio del Parlamento, los números son asombrosos. El diseño y la construcción del edificio implicó a 700 arquitectos y 20.000 trabajadores. Solamente se podían utilizar materiales rumanos, lo que incluía un millón de metros cúbicos de mármol, 3.500 toneladas de cristal, 700.000 toneladas de acero y bronce, 900.000 metros cúbicos de madera y 200.000 metros cuadrados de alfombra. El resultado es un gigante que en cuanto a volumen, compite con las pirámides de Giza. Hay en torno a 1000 salas e incontables halls, pasillos y monumentales escaleras, además de 40 ascensores. La superficie total es de 340.000 metros cuadrados. Por ello, el Palacio del Parlamento es el segundo edificio más grande del mundo. El primer puesto lo ocupa el Pentágono en Washington. De acuerdo con el Libro Guinness de los Records, el palacio no es sólo el edifico más pesado, sino también el más caro del mundo. La pequeña zona que está abierta al público está espléndidamente adornada. Inmensos candelabros de cristal, mosaicos y pan de oro en todos los ángulos, con bordados de plata y oro en las cortinas.
Un imán para los famosos
A pesar de todo su oro y cristal, el palacio se ha descrito como una gran tarta de bodas stalinista. Pero eso no ha impedido que se celebrasen conferencias internacionales, prestigiosas bodas, rodajes de películas o eventos de moda aquí. En particular, los famosos sienten debilidad por el palacio. Michael Jackson finalizó aquí una conferencia de prensa con el moonwalk, tras lo cual salió al balcón y gritó “Te quiero, Budapest” a los sorprendidos fans. La cantante Shakira también ha cantado aquí, y los presentadores de “Top Gear” han echado carreras por los túneles del sótano para mostrar la auténtica inmensidad del edificio.