Obra de arte arquitectónica
Durante siglos hubo planes para construir una vía navegable desde Toulouse hasta el mar Mediterráneo para poder transportar el trigo, el vino y los textiles por barco. Pero no fue hasta mediados del siglo XVII cuando Pierre-Paul Riquet, un inspector de hacienda noble de Béziers, logró convencer al rey Luis XIV de la viabilidad técnica del proyecto. Entre 1666 y 1681, 120.000 trabajadores cavaron con pico y pala los 240 kilómetros del canal. La vía navegable contiene 91 esclusas y otras construcciones ingeniosas, como acueductos, presas y túneles.
La ciudadela de Carcasona
El destino más popular a lo largo del Canal du Midi es sin duda Carcasona, una ciudad fortificada medieval declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Incluso desde la distancia se puede admirar la impresionante silueta de la ciudadela, que se erige con orgullo sobre la colina de Aude. Los románticos torreones no son realmente de la Edad Media, pero fueron la creación de Viollet-Le-Duc. Este famoso arquitecto del siglo XIX también restauró la Catedral de Notre Dame. Las murallas, puertas y edificios de la ciudad, restaurados minuciosamente con su encanto de cuento de hadas, atraen a millones de visitantes a Carcasona todos los años.