Maravillas en la Colina del Castillo
En el lado sur de la Colina del Castillo encontrará el Palacio Real, con su característica cúpula de cobre verde. En el siglo XIII sirvió de fortaleza de los reyes húngaros y los habitantes de Buda. Mientras que el interior del palacio resultó ileso de los devastadores fuegos y guerras, el palacio lleva restaurándose desde 1946. Actualmente este majestuoso edificio alberga dos museos: El Museo Histórico de Budapest y la Galería Nacional Húngara. En la Iglesia de Matías, en el centro del Distrito del Castillo, se coronaba a los reyes húngaros hasta 1916. Este edificio original del siglo XIII se ha adaptado periódicamente a las tendencias arquitectónicas de la época. Incluso fue convertido en una mezquita por los Otomanos, que gobernaron Buda durante los siglos XVI y XVII. El arquitecto Frigyes Schulek creó la hermosa iglesia neogótica actual, restaurando el edificio a finales del siglo XVII, tomando como base los planes medievales originales. Los impresionantes diseños de diamantes en el tejado y las gárgolas de la fachada son obra de Schulek. El interior está decorado con motivos de colores hallados por el arquitecto en los muros de piedra originales. Las imágenes de cuervos encontradas en la iglesia hacen referencia al gran Rey Matías Corvino, cuyo escudo contenía un cuervo (corvus en latín). Varios elementos góticos originales siguen intactos, incluyendo el impresionante campanario del siglo XV. Otro elemento extraordinario es el doble sarcófago del siglo XII del Rey Béla III y su esposa Anne de Châtillon, uno de los tesoros más antiguos de la Colina del Castillo.
El encantador Bastión de los Pescadores
El Bastión de los Pescadores parece el castillo de un cuento de hadas con su blanca fachada, puntiagudas torres, escaleras en espiral y orgullosas almenas. Y la vista sobre Pest y la Curva del Danubio es igual de encantadora, especialmente cuando las luces iluminan la ciudad. Frigyes Schulek diseñó el Bastión para darle más brío a la Iglesia de Matías, que él restauró a finales del siglo XIX. Las siete torres representan las 7 tribus magiares que se establecieron en Hungría en el año 886. Los 145 peldaños de la majestuosa escalera bajan hasta el barrio de Viziváros, donde tradicionalmente los pescadores se ubicaban y de donde el Bastión tomó su nombre.