Infinidad depatios
Los patios de las casas coloniales constituyen los lugares más bonitos de la ciudad. Sin embargo, a menudo se encuentran escondidos tras grandes puertas de madera con múltiples picaportes. De todas formas, todo el que sea un poco avispado, puede entrar directamente en uno, simplemente reservando una mesa en uno de los numerosos restaurantes ubicados en la zona. Amadeus, por ejemplo, se encuentra situado en el patio de Casa Pestagua, un palacio de fábula con fantásticas pinturas al fresco que en una reciente restauración se sacaron a relucir por debajo de capas de pintura de siglos de antigüedad. El restaurante Alma es el lugar de encuentro central del hotel Casa San Agustín, una contracción de 3 casas de comerciantes del siglo XVII, que en la actualidad también cuenta con un moderno bar de cócteles. Justo a la vuelta de la esquina se encuentra El Gobernador, un restaurante de exquisita gastronomía del máster chef colombiano Jorge Rausch, en una imponente finca del siglo XVIII. Para los que no tengan suficiente, la pernoctación también es una opción: en muchos casos los restaurantes forman parte de un lujoso hotel boutique.
Getsemaní
El barrio de Getsemaní es la zona más joven y moderna del centro. Por consiguiente, los restaurantes y bares son económicos, al igual que los alojamientos, entre los que se encuentra un considerable número de hostales. En esta zona pueden admirarse numerosas obras de street art. Por ejemplo, sobre la terraza de una de las cafeterías más encantadoras, el Café del Mural. En el bar Demente, en la céntrica Plaza de la Trinidad, se pueden encontrar en el menú las mejores cervezas especiales de Colombia. Y un poco más alejado se puede disfrutar de música en vivo atravesando las puertas de Havana, un bar de salsa de elevada concurrencia. En la misma calle, podrá alojarse lujosamente en la excéntrica Casa Lola.
Cárcel de mujeres
A escasa distancia de toda la grandeza del lujoso centro, se encuentra una cárcel de mujeres. Desde hace poco se ha iniciado un programa especial, en el que las internas reciben una formación en hostelería. El patio interior se ha acondicionado como restaurante — denominado Interno — y abierto de cara al público, que puede acceder con el permiso del carcelero. Las recetas (y formación) provienen de los mismos top chefs colombianos que un poco más allá trabajan en hoteles de 5 estrellas. Estuvieron involucrados en el proyecto por la actriz colombiana de televisión Johanna Bahamón, que también organiza talleres de teatro en cárceles.