El tren en miniatura del Stanley Park
Una de las mejores formas de explorar el parque es con el tren en miniatura del Stanley Park. El tren recorre una ruta de 2 kilómetros a través de bellos entornos naturales, pasa por encima y a través de túneles. La locomotora es una réplica de la Canadian Pacific Railway #34, el primer tren de pasajeros que llegó a Vancouver en 1887. Varias veces al año, el tren ofrece viajes temáticos: en octubre, se convierte en el tren fantasma, con motivo de Halloween, y durante las vacaciones de invierno, se convierte en el tren navideño de noches brillantes, que recorre el parque, mágicamente iluminado.
Coloridos tótems
La atracción más famosa de Stanley Park es la colección de tótems en Brockton Point. Con el paso de los años, se han hallado varios tótems en Vancouver y la zona colindante. Las réplicas de estos tótems se encuentran en el parque (los originales, algunos de los cuales datan de 1880), se encuentran desperdigados entre varios museos). Los tótems representan historias míticas talladas por antiguas tribus indias y 8 de los 9 tótems están pintados. El noveno tótem, el que no está pintado, lo incorporó en 2009 Robert Yelton, miembro de la Squamish Nation, para marcar el lugar donde la familia Yelton originalmente habitó. El tótem es un homenaje a su madre, una de las últimas personas que vivieron en el Stanley Park.
El Acuario de Vancouver
Entre todo el verdor de Stanley Park se encuentra el Acuario de Vancouver, donde podrá admirar más de 50.000 animales, incluyendo nutrias, delfines, anacondas y tiburones. Todos ellos nadan en grandes depósitos de agua donde también podrá admirar otro tipo de vida marina, como corales, estrellas de mar y plantas acuáticas. El acuario valora la conservación de los océanos y conciencia a los visitantes de ello a través de varias exposiciones interactivas. Los beneficios obtenidos con las entradas se emplean en financiar proyectos para la conservación de los océanos.
El árbol hueco de Stanley Park
El árbol hueco de Stanley Park ocupa un lugar especial en el corazón de los ciudadanos de Vancouver. Se puede decir que la antigüedad del árbol gira en torno a los 700 y 800 años. La parte inferior del tronco presenta un gran agujero. A lo largo de la historia, los ciclistas, coches e incluso elefantes han posado en la abertura del árbol. Una gran tormenta en 2006 dañó el árbol y por motivos de seguridad, la ciudad tenía la intención de talar el árbol hueco, decisión con la que no estaban de acuerdo un grupo de residentes, que emprendieron acciones para rebatirla. Tras llevar a cabo una masiva campaña de financiación, el grupo consiguió suficientes fondos para estabilizar el árbol. Gracias a sus esfuerzos, el árbol sigue formando parte del parque.