Asentamiento neerlandés
En 1614, los primeros habitantes neerlandeses construyeron un puesto fortificado de comercio hecho de conchas, cerca de una aldea india situada a orillas del río. En 1651, las tropas inglesas de Lord Willoughby se apoderaron del poblado y lo convirtieron en una auténtica fortaleza. Continuaron aquí hasta 1667, momento en el que fueron expulsados por los colonos neerlandeses, que denominaron este sitio como Fort Zeelandia. En 1784, se construyeron los actuales edificios de ladrillo del fuerte (transportados desde los Países Bajos), las verdes persianas, los rojizos tejados y los faroles de hierro forjado. Una escalera de piedra nos lleva desde el patio hasta el pasillo pasando por 3 miradores que nos ofrecen unas maravillosas vistas del cobrizo río.
Museo de Surinam
En la actualidad, el fuerte acoge el Museo de Surinam. Los diversos edificios albergan salas de la época y exposiciones con imágenes y objetos históricos. Estos últimos representan el pasado indígena, la época colonial y las diferentes culturas étnicas de Surinam. El antiguo almacén de pólvora recrea una botica del siglo XIX con un mostrador y frascos de medicamentos originales. Una de las antiguas celdas sirve ahora de tienda del museo con mosaicos de porcelana azul de Delft en la pared. Podrá comprar productos de artesanía surinamesa, postales y libros sobre Surinam. Los domingos podrá disfrutar de visitas guiadas en el fuerte. La visita no sólo se centra en su brillante historia, sino que también en los castigos físicos a los que estaban sometidos los esclavos. La placa conmemorativa en uno de los bastiones recuerda una tragedia más reciente: los asesinatos en diciembre de 1982. Los agujeros ocasionados por las balas aún se pueden ver en las paredes que dan hacia el lado del río: 15 oponentes políticos del régimen militar de Desi Bouterse fueron ejecutados en este lugar.
Cena acuática
Fuerte Zeelandia presume de su acogedor restaurante: Baka Foto. Durante el día, puede parar a tomar un café, un sándwich o una ensalada. Por la noche, el restaurante ofrece un bello rincón para cenar con vistas al río Surinam. La cocina refinada sirve platos internacionales y de fusión con toques surinameses. Por ejemplo, pruebe el pom con pato a la naranja o el atún surinamés preparado de 4 formas diferentes. Para degustar una comida más sencilla, diríjase a los restaurantes del Waterkant, el paseo a la orilla del río situado cerca del museo. Pruebe las especialidades surinamesas como la sopa «saoto» (sopa de pollo con fideos) y el telo trie (mandioca frita con trozos de pescado frito) y eche un trago a la cerveza surinamesa Parbo.