Tesoros reales
Tras el incendio, el rey Felipe V encargó al arquitecto italiano Filippo Juvara que supervisara la construcción de un nuevo Palacio Real. Juvara ya era conocido en Turín, donde diseñó la impresionante Basilica di Superga y el Palazzo di Stupinigi. Por desgracia, tanto Felipe V como Juvara fallecieron antes de que se completara el edificio, que fue culminado en 1755 por sus discípulos, entre los que se encontraba Giovanni Battista Sacchetti, también italiano. Aunque varias generaciones de familias reales residieron en el palacio hasta 1930, hoy en día es un museo. En su interior encontramos una excelente colección de tapices, porcelana, relojes antiguos y armas; además de maravillosos cuadros pintados por Caravaggio, Goya y Velázquez. El inmenso salón del trono, los pasillos llenos de espejos y comedores reales representan el lujo en que vivieron los monarcas. El rey actual, Felipe VI, ha optado por una vivienda más pequeña en el Palacio de la Zarzuela, situado en las afueras de la ciudad.
Los jardines del Palacio Real
Los Jardines de Sabatini, de estilo francés, se sitúan al norte del Palacio Real. Este es un lugar maravilloso para huir de las multitudes y relajarse a la sombra de los pinos y cipreses. Aquí se situaron los establos reales hasta su destrucción en la década de 1930 durante el régimen franquista. Los jardines se sitúan en la base de una colina unos 10 metros por debajo de la adyacente Plaza de Oriente, de modo que, visto desde los jardines, el palacio es aún más imponente que desde su vista frontal.